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  • Foto del escritorLeo Dorta - Borealis

La clave del cambio está Adentro

«Cuando ya no podemos cambiar una situación, nos encontramos ante el desafío de cambiarnos a nosotros mismos» Viktor Frankl


Vivimos hacia afuera, desenchufados de nuestras motivaciones reales, preferencias, ideales, valores, recursos y habilidades.


Esta desconexión nos empuja a mirar al exterior, a la imagen que mostramos, a las opiniones que se espera que tengamos, a lo que se entiende que podemos o no lograr, decir, pensar, soñar o experimentar.


Y entonces buscamos satisfacción en lo que otros necesitan o desean que seamos. Llegamos a creer que ese espejismo supone nuestra identidad y nos esforzamos por acercarnos a la auto-realización a través de un falso y yermo reflejo.


Después de intentar una y otra vez encontrarnos sin éxito en el guion de la película del mundo exterior, caemos en las redes del enfado, la ansiedad o la vergüenza.


Y responsabilizamos a nuestros seres queridos de nuestras frustraciones. Hacemos lo que hemos aprendido: salir en busca de una explicación, de un culpable. Nuestros padres, pareja, hijos, amigos, colegas del trabajo, líderes, políticos, profesores y un largo etcétera cargan con la culpa de nuestras penas, fracasos o despropósitos.

 

«Muy tarde por la noche Nasrudin se encuentra dando vueltas alrededor de una farola, mirando hacia abajo. En esas pasa por allí un vecino.

- ¿Qué estás haciendo Nasrudín, has perdido alguna cosa?- le pregunta.

- Sí, estoy buscando mi llave.

El vecino se queda con él para ayudarle a buscar. Después de un rato, pasa una vecina.

-¿Qué están haciendo? - les pregunta.

- Estamos buscando la llave de Nasrudín.

Ella también quiere ayudarlos y se pone a buscar.

Luego, otro vecino se une a ellos. Juntos buscan y buscan y buscan. Habiendo buscado durante un largo rato acaban por cansarse. Entonces, uno de los vecinos pregunta:

- Nasrudín, hemos buscado tu llave durante mucho tiempo, ¿estás seguro de haberla perdido en este lugar?

- No, responde Nasrudín

- Si no la perdiste aquí, ¿dónde la perdiste?

- Allí, en mi casa – responde Nasrudín

- No entiendo, entonces ¿por qué la estamos buscando aquí?

- Pues porque aquí hay más luz y mi casa está muy oscura».

 

En este cuento podemos observar el sinsentido de la actitud de Nasrudín, cuando busca algo en el lugar equivocado porque le resulta más sencillo. En realidad, la mayoría hacemos lo mismo, buscamos la satisfacción y la solución a nuestros problemas afuera porque hay más luz. Cuando toda las respuestas que necesitamos se encuentran en el interior.


¡Adentro!

«En el interior del hombre – del ser humano – habita la verdad» Miguel de Unamuno


El ensayo Adentro de Unamuno es una verdadera joya que nos invita a realizar una profunda reflexión sobre las claves del cambio y el poder con el que contamos para emprender aquellos caminos que nos proponemos en la vida.


Al final de este artículo podrás descargarte el texto completo. Aun así, nos atrevemos a estructurar algunos de los pasos que podemos dar para llevar a la práctica la acción transformadora, basándonos en esta obra literaria.


Te invitamos a un particular viaje utilizando como vehículo este ensayo escrito hace más de cien años y que, aun así, respira actualidad y resulta de lo más oportuno.


En cada una de las paradas hacemos referencia a dos fragmentos que señalamos con comillas españolas y en cursiva. Cabe aclarar que las aportaciones son resultado de lo que a nosotros nos inspira el texto y que en ninguna medida son atribuibles al autor.


El proceso de cambio desde Adentro


1. Cambiar es difícil y duro. «No llegará muy lejos, de seguro, quien nunca sienta cansancio»


Si eres de las personas que se siente cómoda fuera de su zona de confort, que disfruta descubriendo nuevas formas de hacer las cosas, debes saber que en realidad eso que haces no es cambio.


Puede ser estímulo o diversión.


Quizás es una forma de evadir las verdaderas necesidades, miedo al compromiso o una simple estrategia de huida hacia adelante.


Es hacer lo mismo de diferente manera.


El cambio requiere dejar atrás hábitos, costumbres, automatismos y construir una nueva forma de relacionarse con la vida.


Es laborioso, da miedo y agota. Aunque al mismo tiempo, resulta tremendamente reconfortante.


Que sea difícil y duro no implica que deje de ser apasionante, motivador y, por supuesto, posible. Pero requiere esfuerzo, compromiso y constancia.


«Toma la vida en serio sin dejarte emborrachar por ella; sé su dueño y no su esclavo, porque tu vida pasa y tú te quedarás»


2. La ambición humilde es la mejor compañera de viaje. «De esa conciencia de poquedad recogerás arrestos para tender a serlo todo.(…), y aspira a lo absoluto si en lo relativo quieres progresar»


La aparente contradicción entre nuestra pequeñez y grandeza nos coloca en un punto de partida sólido. Desde ahí nos sentimos más capaces de aceptar los tropiezos, abrirnos a lo inesperado, integrar la información de valor y generar la motivación necesaria para continuar en acción.


La ambición es confianza en las posibilidades propias.


Creer en nuestra capacidad y sentir que nos merecemos lo que añoramos supone el alimento básico del proceso de transformación y logro.


«No seas avaro, no dejes que la codicia ahogue a la ambición en ti; vale más que en tu ansia por perseguir a cien pájaros que vuelan te broten alas, que no el que estés en tierra con tu único pájaro en mano»


3. Escúchate. Elige a quién y lo qué escuchas. «Pon tu mira muy alta, más alta aún, y sal de ahí, de esa Corte, cuanto antes. (…) Ahí te consumes y disipas sin el debido provecho, ni para ti ni para los otros, aguantando alfilerazos que enervan a la larga».


Solo tú sabes lo que quieres.


Presta atención a lo que ocurre en ti, es esencial. Cuentas con todas las respuestas aunque no siempre seas capaz de formular las preguntas adecuadas.


Por ello, rodearte de personas que te cuestionen puede resultar productivo.


Observa cuál es el fin del cuestionamiento. No es tan importante si te resulta molesto o no, las buenas preguntas suelen doler. Ten en consideración la intención que se esconde detrás del que cuestiona.


Para escuchar nuestra voz interior debemos contar con espacios de silencio. De esta forma estaremos más preparados para elegir con quién queremos compartir nuestro tiempo y de quién queremos alejarnos.


«Vale más ser ola pasajera en el océano, que charco muerto en la hondonada»


4. Ábrete a lo inesperado. ¡Estás vivo/a! y la vida no es previsible. «¡Nada de plan previo, que no eres edificio! No hace el plan a la vida, sino que ésta lo traza viviendo».


Es cierto que contar con un plan de acción puede resultar productivo. La planificación aporta mayor tranquilidad y seguridad cuando nos aventuramos a transformar lo que venimos haciendo sin éxito de la misma manera.


Pero no podemos obviar la naturaleza propia de nuestra existencia. El futuro es incierto, por lo que no contamos con certezas sobre cómo van a ir las cosas.


Si trazamos una hoja de ruta y alguno de los pasos no se da tal como esperábamos, debemos ser capaces de reconducir la situación teniendo en cuenta el nuevo escenario.


Atrevernos a replantear todo lo que teníamos previsto. Incluso el objetivo.


Todo esto será más asequible si somos conscientes desde el principio. Si aceptamos que lo natural es que tengamos que improvisar por el camino.


El único elemento de estabilidad que podemos garantizar es la conexión con nuestro ser.


«Vive al día, en las olas del tiempo, pero asentado sobre tu roca viva, dentro del mar de la eternidad; al día en la eternidad, es como debes vivir»


5. Sé paciente, actúa ahora, aprende del pasado y confía en el futuro. «Espera, que sólo el que espera vive; (…)».


Nunca es demasiado tarde si la dicha es buena, dice el refrán.


Da igual cómo ha sido tu pasado, quédate con el aprendizaje y construye a partir de él.


Puede ser que te cueste más o menos esfuerzo o tiempo lograr lo que te propones, pero es evidente que si no comienzas a hacer algo distinto, ahora, nada cambiará. Da igual cómo esté siendo tu presente, si estás haciendo esto o aquello con más o menos fortuna. Si no crees que servirá para algo valioso estarás perdiendo el tiempo.


Somos lo vivido en nuestra historia, la realidad presente y los anhelos futuros.


Si queremos cambiar algo, debemos aceptar y perdonar nuestro ayer, confiar en lo que seremos capaces de lograr mañana, hacer algo hoy y contar con altas dosis de paciencia y esperanza durante todo el proceso.


«Y la libertad es ideal y nada más que ideal, y en serlo está precisamente su fuerza toda».

6. Da rienda suelta a tu creatividad, innova, atrévete a ser único/a. «No te creas más, ni menos, ni igual que otro cualquiera, que no somos los hombres – las personas – cantidades. Cada cual es único e insustituible; en serlo a conciencia, pon tu principal empeño»

En la cultura de la competición, ábrete camino desde la serenidad del que no necesita compararse porque irradia autenticidad.


Esfuérzate por lograr una mejor versión en relación a un estado tuyo anterior. Crece ajeno, ajena a los juicios. Avanza sin más ambición que el propio empeño por alcanzar lo que deseas.


Recuerda que el deseo es sincero y profundo si con él contribuyes a construir un mundo mejor, sin aplausos.

Cuando hacemos desde adentro, la acción en si es satisfactoria. El reconocimiento está implícito de la intención. Dejamos de necesitar la palmada del otro para sentirnos plenos desde el agradecimiento por hacer lo que consideramos correcto y necesario.


La vida adquiere sentido desde la consciencia de unidad con lo que nos rodea, conservando a la vez todo lo que nos hace especiales.

«Recógete en ti mismo para mejor darte a los demás todo entero e indiviso»

7. Detente para volver a tu centro. «Deja eso de adelante y atrás, arriba y abajo, (…) y busca el otro, tu ámbito interior, el ideal, el de tu alma. Forcejea por meter en ella al universo entero, que es la mejor manera de derramarte en él».

Regresa constantemente al lugar donde se encuentra lo relevante, la información más preciada. Desde ahí revisa los pasos andados, dónde estás y hacia dónde te diriges.


Rectifica y re-configura si es necesario.

Haz un alto en el camino para enchufarte con tu interior.


Ahí está la energía más valiosa con la que cuentas. Busca espacios de recogimiento y silencio. Observa lo que tienes delante y que no estás viendo. Escucha los sonidos que has olvidado.


Siente lo que ocurre a tu alrededor.


Todo ello sin juicio, solo atiende y acepta. Eso es meditar. Si te resulta demasiado místico, lo puedes llamar como quieras. Pero hazlo y después valora si tiene sentido o no.

« Doy cuanto tengo – dice el generoso; - doy cuanto valgo – dice el abnegado; - doy cuanto soy – dice el héroe; - me doy a mí mismo – dice el santo; y di tú con él, al darte: - Doy conmigo el universo entero -. Para ello tienes que hacerte universo, buscando dentro de ti. ¡Adentro!»


 

Puedes descargar el ensayo de Miguel de Unamuno completo aquí: https://www.biblioteca.org.ar/libros/152842.pdf


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